Discipulado 1 - Primera Seccion: Introduccion al Discipulado
Lecciòn 4 - El temor de Dios
A continuación, es necesario también dejar establecido un principio fundamental de la vida cristiana y de la vida de la Iglesia en particular, es el principio que se denomina “Temor de Dios”. La mayoría de los que caen de la fe, caen porque se ha ido de su corazón este fundamento, es decir, han perdido el temor de Dios.
Además, nadie recibe el Reino de Dios en su vida si no tiene temor de Dios. Porque si no respeta a Dios, ¿cómo podemos imaginar que le va a importar lo que Dios piensa acerca de su estado actual y su vida futura? Esta es la razón por la cual, antes de predicar el Evangelio a la persona, debemos comunicarles textos bíblicos que creen en ella temor de Dios, porque este es el abono que necesita la tierra para recibir la semilla.
Este es un fundamento muy claramente establecido en las Sagradas Escrituras. A tal punto es importante que se lo menciona como principio de la sabiduría: “7El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.” (Proverbios 1:7).
En la Biblia podemos ver que la falta de “temor de Dios” se manifiesta básicamente en dos direcciones:
- En primer lugar se evidencia en pecados de actitud:
Observemos los siguientes pasajes bíblicos, en los que podremos encontrar distintas manifestaciones de pecados “de actitud”, es decir aquellos que no afectan, necesariamente, a otras personas en su materialización, por ejemplo:
- No guardar la lengua del mal, ni los labios de hablar engaño, no apartarse del mal, ni hacer el bien, no buscar la paz, ni seguirla: “11Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. 12¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? 13Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. 14Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.” (Salmos 34:11-14).
- No practicar los mandamientos de Dios: “10El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;” (Salmos 111:10).
- No aborrecer el mal, ser soberbios y arrogantes, andar por el mal camino, y tener la boca perversa: “13El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” (Proverbios 8:13).
- No ser misericordiosos, ni veraces, ni apartarse del mal: “6Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” (Proverbios 16:6).
- No limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu perfeccionando la santidad en uno mismo: “1Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” (2 Corintios 7:1).
- En segundo lugar se evidencia en pecados graves hacia otros seres humanos:
La Biblia nos enseña que la primera consecuencia que produce la falta de temor de Dios son pecados graves hacia nuestros semejantes.
Eso lo sabía muy bien Abraham cuando partió a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, habitando allí como forastero. Por esa razón, en el incidente de Abraham y Sara, su esposa, con Abimelec rey de Gerar relatada en el capítulo 20 del libro de Génesis podemos ver claramente que Abraham teme por su vida a causa de que él pensaba que no había temor de Dios en ese lugar, y, por codiciar a su mujer, que era muy hermosa, los hombres de esa región lo matarían (“11Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer.” Génesis 20:11). Dios tiene que hablar a Abimelec en sueños y demostrar finalmente este era un hombre temeroso de Dios y, por ese motivo lo libra de pecar y sufrir sus consecuencias, y bendice a Abraham simplemente a causa del temor de Dios de ese rey.
Se puede ver que la falta de temor de Dios produce en los hombres menosprecio y falta de respeto por los bienes, sentimientos, derechos, y aún por la vida misma de las otras personas. Probablemente, la causa pudiera ser que al no temer a Dios, tampoco se tuviera respeto por las criaturas hechas a la imagen y semejanza de su Creador.
Esa es la razón por la que en la Ley se enseña categóricamente, y con la firma de Jehová Dios: “13No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. 14No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.” (Levítico 19:13-14)
Podemos leer en el Salmo 36: “1La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos. 2Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que su iniquidad no será hallada y aborrecida. 3Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. 4Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece.” (Salmos 36:1-4). La persona que no teme a Dios, pronto se convierte en un inicuo fraudulento.
En Levítico 25:35-43 se nos enseña la manera de tratar al pobre teniendo temor de Dios.
Es muy importante que los que no están pasando por apremios económicos y/o son personas prósperas se den cuenta que entre ellos y los pobres no hay ninguna diferencia de valor que sea real. El pobre también es portador de la imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto, porta también su dignidad y derecho a ser respetado.
De igual manera, en Deuteronomio 25:17-19, Dios ordena a Israel borrar la memoria de Amalec por haberle desbaratado la retaguardia de todos los débiles que iban detrás, cuando el pueblo estaba cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios.
Aprendemos, por lo tanto, que aprovecharse de la debilidad del débil es síntoma de no tener temor de Dios.
En 2 Samuel 23:3 nos habla del gobierno justo que será practicado por Jesucristo bajo el temor de Dios, y nos enseña que gobernar a otras personas con justicia requiere temor de Dios.
Esa es la razón por la que Nehemías nos explica la causa por la que no oprimió ni abrumó al pueblo: “15Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.” (Nehemías 5:15).
En el capítulo 5 de la epístola a los Efesios se enseña a las mujeres casadas, a los maridos, a los hijos, a los padres, a los siervos y a los amos, a establecer su relación de subordinación y respeto por el prójimo basada en el temor de Dios. Se nos dice: “21Someteos unos a otros en el temor de Dios.” (Efesios 5:21).
Josafat nombro jueces sobre Israel, “5Y puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares. 6Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. 7Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho.” // “9y les mandó diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad, y con corazón íntegro.” (2 Crónicas 19:5-7,9). Hacer verdadera justicia con los semejantes requiere un profundo temor de Dios.
“Temor: Puede significar terror, miedo, o sencillamente reverencia y respeto. El temor que resulta del antagonismo de los hombres o de algún peligro que se acerca, es una emoción humana que puede tener sus beneficios, por ejemplo, tener conciencia de lo malo o del peligro, pero puede ser también una fuerza negativa y destructiva. A veces echa fuera el amor sobrenatural de Cristo (1 Juan 4:18). Asimismo, el temor puede dominar y acobardar al hombre que ignora el perdón y el amor que infunde el Espíritu Santo. La misma conciencia manchada causa miedo aun cuando nadie lo persiga (Proverbios 28:1; confrontar con Adán y Eva en Génesis 3:10). Gedeón no quiso incluir miedosos entre sus tropas para no poner en peligro la moral y el ánimo de los valientes (Jueces 7:3).
Repetidas veces la Biblia insta a los hijos de Dios a no temer. En Génesis 15:1 Dios le dice a Abraham que no tema porque «soy tu escudo, y tu galardón». El salmista dice: «No temeré mal alguno porque tú estarás conmigo» (Salmos 23:4). El Nuevo Testamento empieza con el mensaje angelical de no temer (S. Lucas 1:13). Jesús en múltiples ocasiones invita a sus discípulos a no temer (S. Mateo 10:31; S. Lucas 5:10; 12:32).
El «temor de Dios» puede calificarse como reverencia y reconocimiento de la majestad, el poder y la santidad de Dios; o sea, respeto filial. Es este temor el que Dios pide en Salmos 33:8; 34:9; 112:1. En el Antiguo Testamento, por la importancia dada a la Ley en la vida de los israelitas, a menudo se consideraba la verdadera religión como sinónimo del temor de Dios (confrontar Salmos 34:11; Jeremías 2.19; etc.).
El énfasis del Nuevo Testamento destaca más el amor y el perdón de Dios, basados en la relación filial entre el cristiano y su Padre celestial. Permanece, no obstante, un temor reverente como parte del deber humano. El temor ayuda a andar rectamente (Hechos 9:31; 2 Corintios 7.1). El temor a Dios da al creyente el valor de dominar el temor que viene de los contratiempos, inclusive de la muerte misma (Hebreos 2:15; Apocalipsis 2:10; confrontar 2 Timoteo 1:6, 7).
Los que temen a Dios son el pueblo de Dios. A los gentiles que adoraban al Dios judío se les distingue como aquellos temerosos de Dios (véase Hechos 10:2, 22, 35).” (1)
Fe en Dios (FED), Temor de Dios (TDD) y amor a Dios (ADD):
“Este curso busca demostrar que la fe en Dios (FED), temor de Dios (TDD) y amor de Dios (ADD) constituyen una indisoluble trinidad:
Encuentre FED y usted habrá encontrado TDD.
Localice TDD y allá habrá ADD.
¿Recuerda Hebreos 11:6?: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Usted debe tener fe en la existencia de Dios antes que pueda temerle y, correlativamente, su temor de Dios produce fe en Él. Luego, FED y TDD funcionan juntos con el amor de Dios.
- Pero si usted está falto de FED, usted está falto de TDD.
- ¿Falto de TDD? Entonces usted está falto de FED.
- Y, si usted está falto de FED y falto de TDD, ¡usted está falto de ADD!
NO ADD significa NO TDD –
NO TDD significa NO FED.
- En efecto, NO FED = TDH (temor del hombre).
- Y, si su temor es DEL hombre, ¡su fe estará EN el hombre!
Su falta de TDD y su estado de falta de FED lo deja con su seguridad puesta solamente en el hombre. Y con su temor y fe en el hombre, la totalidad de su fuente de amor es... en el Depravado Hombre.
Imagine depender de la creación en lugar del Creador, teniendo fe en el Presidente de la Nación en lugar de Cristo, en el Líder Político en lugar de Dios, temiendo a cualquiera más que al Señor, o depositar su amor en Hitler, no en Él.” (2)
Consecuencias del temor de Dios:
Ya hemos dicho que la falta de temor de Dios produce falta de respeto por los bienes, por la integridad física, por los sentimientos, por los derechos y aún por la vida de las personas, ya que al no temer a Dios tampoco se respeta al resto de las criaturas creadas a Su imagen y Su semejanza, y por consiguiente, portadoras de Su dignidad. Esta falta de temor de Dios trae, además, aparejada sobre la persona el juicio justo de Dios.
En este apartado, mencionaremos algunas de las consecuencias que trae a las personas el ser temerosas de Dios:
- Es el fundamento para construir sabiduría: “10El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su loor permanece para siempre.” (Salmos 111:10).
- Aumenta los días de nuestra vida: “27El temor de Jehová aumentará los días; mas los años de los impíos serán acortados.” (Proverbios 10:27). “27El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.” (Proverbios 14:27).
- Brinda confianza y esperanza: “26En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos.” (Proverbios 14:26).
- Se vive lleno de reposo: “23El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado de mal.” (Proverbios 19:23).
- Se obtienen riquezas, honra y vida: “4Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.” (Proverbios 22:4).
El reinado de Jesucristo es profetizado por Isaías de la siguiente manera: “1Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.” (Isaías 11:1-6).
“17No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo; 18porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada.” (Proverbios 23:17 y 18)
“13El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 14Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” (Eclesiastés 12:13-14)
(1) Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.
(2) John Huffman, “Principios Terapéuticos Bíblicos” (Traducción 2002 por H. J. Cornelli), (Estados Unidos de América, California Christian University).
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