Objetivo:
Enseñar al discípulo la necesidad de la adoración en la vida personal y la manera de hacerlo.

Introducción:
Adorar es una “actitud” física y/o espiritual que significa reverenciar con sumo honor y respeto a Dios. Es una expresión de nuestro temor de Dios. Es rendir a Dios el culto que le es debido. 
Cuando pensamos y reflexionamos en los atributos de Dios, en Sus características tan únicas, entonces encontramos decenas y decenas de motivos para adorarle y concentrarnos en Él. 
Misericordia, majestad, poder, santidad, perdón, justicia, sabiduría, eternidad, etc., son atributos de Dios.  Debemos adorarle por todo eso, porque Él es Dios.

¿Por qué debemos adorar al Señor?

• Porque Él es digno de nuestra adoración:  
• Por lo que Él es para nosotros: “10los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” (Apocalipsis 4:10 y 11); “12que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 14Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 5:12-14).
• Por lo que Él ha hecho por nosotros: Nos ha hecho hijos de Dios (“12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” S. Juan 1:12).  De condenados a reyes y sacerdotes (“6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.” Apocalipsis 1:6).  De destituidos a herederos (“16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” Romanos 8:16 y 17).  Nunca terminaremos de describir todo lo que el Señor ha hecho por nosotros, lo cual debe movernos a rendir nuestra profunda gratitud y adoración.

• Porque es un deber nuestra adoración a Dios:
• Lo demanda Su persona: (“23Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” S. Juan 4:23 y 24).  Como Dios es Espíritu pide de nosotros una adoración de nivel espiritual y verdadera. En espíritu, es decir, desde el corazón, a partir de un espíritu vivo y regenerado, y en verdad, es decir, en una atmósfera de acuerdo con la palabra de Dios y conforme a su voluntad.
• Lo demanda Su palabra: (“10Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.” Deuteronomio 26:10).  La ley de Dios prohibía rendir adoración a cualquier cosa que no fuese Él mismo.  El uso de imágenes fue prohibido, aunque la misma pretendiera ser una representación de Él mismo, porque la gente luego adoraría la representación.
• Lo demanda nuestra posición sacerdotal: En el Antiguo Testamento, la ley mosaica señaló en la tribu de Leví a la familia de Aarón para ser sus sacerdotes (“12Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. 13Y harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo consagrarás, para que sea mi sacerdote. 14Después harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas; 15y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones.” Éxodo 40:12-15), pero en el Nuevo Testamento todos los que hemos nacido de nuevo somos constituidos sacerdotes de Dios (“5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado.  7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.  9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” 1 Pedro 2:5-9;  “5y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.” Apocalipsis 1:5 y 6).

 

PARA DIALOGAR: De acuerdo al presente estudio ¿quiénes cree usted que son los verdaderos adoradores de Dios?

¿Dónde se debe adorar?:

• En el lugar de reuniones de la iglesia local: Con la congregación toda reunida (“46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” Hechos 2:46).  Adorar al Señor en comunión con los hermanos debe ser una de las razones por las que nos reunimos.  Siendo todos sacerdotes, debemos ofrecer el sacrificio de adoración: “juntos”.
• En la casa, con la familia: (“6Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:6 y 7).  El padre de familia, siendo la cabeza debe establecer el “altar familiar” y oficiar un culto de adoración diario.  El mismo puede ser breve, pero debe haber lectura de la Palabra y oración en la que todos puedan participar.
• Donde quiera que uno ande: (“16Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Gálatas 5:16).  La Biblia nos enseña que la adoración debe aplicarse a la vida entera.  No está limitada al tiempo mismo del culto con la iglesia.  Si andamos en el Espíritu, estamos reconociendo la presencia santa de Dios (“14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Romanos 8:14).

PARA DIALOGAR: A su parecer, ¿cuáles serán aquellas actitudes de nuestra vida diaria que equivalen a una adoración a Dios?

¿Cómo adorar a Dios?:

• Con reverencia: (“6Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.” Salmos 95:6).  La iglesia en la que no se cultiva y mantiene un ambiente de reverencia estará en falta en la adoración verdadera.  Y sus miembros reflejarán esto en la falta de vitalidad y crecimiento espiritual.  Llegar tarde a las reuniones de la iglesia, no venir con el corazón preparado para adorar a Dios, distraerse o conversar durante los servicios, etc., son factores negativos en la adoración.
• Con sacrificios: En la adoración bajo la ley mosaica, el sacerdote siempre se presentaba con algún sacrificio.  Bajo la gracia también adoramos por medio de sacrificios espirituales (“5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” 1 Pedro 2.5), veamos cuales son:

Romanos 12:1……….......................................................................................
Hebreos 13:15 y 16 (aquí hay tres sacrificios)
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TEXTO PARA MEMORIZAR: S. Juan 4:24 “24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”

PARA HACER DURANTE LA SEMANA: Establecer el altar familiar oficiando un culto de adoración diario, tomando en cuenta: Lectura de la Biblia, oración y cantos (puede ser media hora y durante un tiempo de descanso).